Neuroeducación en el ciclo escolar

10/03/17 2:02 AM


Cada ciclo de estudio escolar, tanto para maestros, alumnos y padres de familia, es una experiencia inolvidable, y sobre todo, destacan los desafíos para los maestros que se encuentran con alumnos nuevos y planes de estudio que cumplir.

Los descubrimientos y divulgación de técnicas de estudio que se implementan para optimizar los procesos educativos, dan el protagonismo, cada vez con mayor fuerza, a la neuroeducación, en específico, al cerebro, y cómo influye en el aprendizaje, y se especializan en estudios e investigaciones sobre el órgano del aprendizaje; por mencionar algunas, están la psicología, psiconeuroinmunología, pedagogía, neurociencia cognitiva, etcétera, que determinan un conjunto de conocimientos que se denominan neurociencia; y como herramienta emergente, sobresale la neuroeducación.

En la última década, la neuroeducación tiene su importancia; mucho se habla de ella y todavía hay bastantes preguntas sin respuestas; son varias las definiciones que se tornan sobre esta esta disciplina, que se sitúa en el arte de enseñar y aprender, desde el conocimiento de los procesos mentales, es decir, desde el órgano del aprendizaje, que ponen en funcionamiento el maestro y el alumno, y donde intervienen emociones, procesos mentales inconscientes, conscientes, sentimientos, creencias, sesgos cognitivos, emocionales y conductuales, y mucho más, durante los procesos de la enseñanza-aprendizaje.

La neuroeducación se centra en la trasformación de la forma y manera de enseñar de su praxis pedagógica, que rompe con los esquemas ya muy conocidos, rígidos y tradicionales que rigen en nuestro país, donde los contenidos asépticos no motivan, ni atrapan la atención del alumno en clase, por lo que se busca que el alumno logre, en cada conocimiento, una experiencia con consciencia, que a la par determine el propio aprendizaje del alumno, quien es el actor principal de esta neuropedagogía de aprendizaje, que se constituya sobre una experiencia activa, basado en el movimiento, la vivencia física, mental, emocional, consciente, de reflexión, duda, error, y también la diversión. Asimismo, le apostamos a que el alumno aprenda jugando; jugar y aprender es una vinculación sumamente importante, advierte César Alanís, Director de Vinculación del Instituto Nacional de Neuroeducación.

Dentro de los programas, y metodologías pedagógicas que implementa el Instituto Nacional de Neuroeducación, se encuentran las más innovadoras, como neuropedagogía del juego, gamificación, aprendizaje basado en proyectos, y en el pensamiento divergente, por mencionar algunas, que se desarrollan en la filosofía de la enseñanza–aprendizaje, que define la perspectiva de la neuroeducación.

Desde el planteamiento de la neuroeducación, se requiere un alumno más activo en el proceso del aprendizaje, en el estricto orden de ideas, y de las investigaciones en neuroeducación, y se requiere un alumno menos neurorrígido y más activo en el proceso de aprendizaje, básicamente, más en el estado de neuroplasticidad.

En cada clase, un neuroeducador proporciona e implementa una serie de recursos que sirven como objetivo principal, una progresiva formación en su docencia de los aspectos que configuran la neuroeducación.

Desde el Instituto Nacional de Neuroeducación, proporcionamos algunas recomendaciones, para facilitar la enseñanza–aprendizaje, donde se pretende facilitar al profesorado la toma de decisiones, para un mejor conocimiento e implementación de recursos, que aporta la neuroeducación, en la enseñanza-aprendizaje.
1. Los alumnos deben saber cómo funciona su cerebro, ya que está considerado como el órgano principal de su aprendizaje; se sabe bien, desde las investigaciones en neurociencias, que una adecuada explicación de cómo aprende su cerebro, constituye, sin duda, un elemento de suma importancia, para entender su propio aprendizaje, provocando una motivación superior y curiosidad, lementos importantes para la atención y aprendizaje en clase, recordando que el cerebro no cambia lo que desconoce.

2. El conocimiento, y sobre todo, la formación del profesor como neuroeducador, es importante. Se debe conocer cómo aprende el cerebro, procesos atencionales, y neuropedagogía del juego, para potencializar el rendimiento de sus alumnos.

3. Iniciar la enseñanza con una vinculación y evaluación de conocimiento, previamente. Se sabe bien, que el alumno que no se vincula con el conocimiento y con el maestro, tiene complicaciones para potencializar su enseñanza-aprendizaje. El neuroeducador realiza una serie de herramientas que permiten la vinculación alumno-maestro y la enseñanza-aprendizaje, esto lo hace con herramientas neuropedagógicas, preguntas guiadas, reflexión y autorreflexión, desde la neuroeducación, y facilita la conexión, manteniendo el nivel de atención, de retención y el anclaje de la información.

4. Fomentar el proceso atencional colectivo, en un trabajo cooperativo y significativo; se debe presentar la información mediante herramientas que despierten la curiosidad, interés y motivación, que permitan trabajo cooperativo y activo; este tipo de procesos muestran un incremento en la correlación del rendimiento académico, y es más fuerte cuando se trabaja de manera cooperativa, en contraste con la individualista.

5. Los procesos atencionales son muy cortos, hay que tomar en cuenta que los alumnos que no toman periodos de descanso y autorreflexión encuentran dificultades en su aprendizaje; disponer de periodos de descanso y de actividad física entre sesiones en el aula, mejora el rendimiento académico. Hay estudios que demuestran qué momentos de actividad física y reflexiva facilitan la segregación de neurotrasmisores, que mejoran la atención y concentración en tareas.

6. Los periodos del sueño deben ser los suficientes, en calidad y en cantidad; a través del sueño se consolidan muchos procesos biológicos y de memoria, como un proceso de regeneración neuronal muy beneficioso, que permite consolidar la memoria con todo aquello que se ha aprendido durante el día.

7. La nutrición y el impacto en el cerebro. Debemos tener hábitos nutricionales saludables. Se sabe, desde el estudio en neurociencias, que la alimentación y el estilo de vida, afectan los procesos moleculares asociados al metabolismo energético y a la plasticidad sináptica, que son esenciales para la transmisión y procesamiento de la información en el cerebro; estamos hablando de la neuroplasticidad.

8. El reconocimiento, el elogio hacia el alumno, despierta el interés por el aprendizaje, paliando los déficits atencionales, ayudando a mejorar su autocontrol y su capacidad de aprender. Se sabe que el autocontrol es de suma importancia, porque es el responsable de la mejora del rendimiento académico, ya que influyen en aspectos, tanto cognitivos como emocionales. Es necesario tener las expectativas positivas sobre la capacidad del alumnado, que se materialicen en aspectos motivacionales que no les permitan caer en el estrés, en el desasosiego y en el abandono temprano de los estudios.

9. Neuropedagogía del juego, como elemento esencial y benéfico en el aprendizaje. Desde el Instituto Nacional de Neuroeducación, contamos con formaciones especializadas en neuropedagogía del juego; este es un mecanismo natural, arraigado genéticamente, en el que confluyen emociones, placer y recompensa, que facilitan el aprendizaje, debido a la interacción generada durante el mismo, y a la incertidumbre asociada, que activa nuestro sistema de recompensa cerebral.

10. Los espacios de creación y educación socioemocional, son importantes para la educación emocional, ya que permiten al alumno ser capaz de gestionar de forma indicada y correcta sus emociones, para que pueda sacar el máximo beneficio, e interfieran lo mínimo posible en su aprendizaje.

11. Se requiere de la formación, y continua actualización del profesorado en neuroeducación, para que sepa si está realizando una aplicación correcta y necesaria con la formación en neuroeducación.

Las estrategias puestas en marcha desde los principios de la neuroeducación, favorecen de manera contundente la enseñanza, donde se producen beneficios al alumnado que presenta dificultades en el aprendizaje, como por ejemplo, déficits en procesos atencionales, o las muy mencionadas necesidades educativas.

El Instituto Nacional de Neuroeducación cuenta con varios talleres, cursos y diplomados para maestros y público en general, para formarse con esta metodología científica de enseñanza–aprendizaje, basada en la neuroeducación, permitiendo conocer lo más relevante en neuroeducación para desarrollar una docencia integral, que tenga en cuenta las necesidades educativas de su alumnado, que los integre, los haga partícipes y felices durante su proceso de enseñanza aprendizaje.


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